Camille es el comandante con hipotrofia fetal debido al tabaquismo de su madre, de un metro cuarenta y cinco centímetros de estatura, que ya conocimos en la entrega anterior. "Semejante altura no es solo una minusvalía. A los veinte años es una terrible humillación y a los treinta, una maldición, pero desde el principio uno comprende que se trata del destino". Ahora han pasado cuatro años desde el final de "Irène" y Camille Verhoeven aún no se ha recuperado de las secuelas que aquel caso dejó en su ánimo cuando tiene que enfrentarse a una nueva y escalofriante serie de asesinatos.
Alex es una joven de treinta años, muy hermosa, muy solitaria; con una vida por detrás que se intuye dura y se va descubriendo horripilante. El secuestro de Alex, cruel hasta lo inimaginable, pone en marcha una investigación que irá revelando muchas cosas; entre otras, que la necesidad de venganza puede convertirse en una fuerza desbocada que se traduce en una brutalidad sin paliativos; que los resentimientos acumulados durante años, se pueden traducir en una total falta de empatía, en una necesidad apabullante de hacer daño, de causar dolor, en una vorágine de violencia que supera los límites de la cordura. Revela, entre otras muchas cosas, que Alex no es lo que parece y es que "no se vive una semana en una jaula tan pequeña con una colonia de ratas excitadas sin contraer una deuda con la existencia", o mejor, la existencia ha contraído una deuda con ella; más de una en realidad.
Aparecen personajes que ya conocemos como Armand el policía tacaño y miserable que "vacía el tabaco de tres colillas sobre una hoja de papel blanco para liarse un cigarrillo"... pero quién diría que tras tanta mezquindad se esconde un corazón generoso y desprendido, capaz de dar lo más y contentarse hasta el júbilo con lo menos. Y Louis tan atildado, culto y elegante como siempre.
El caso le sirve a Camille para exorcizar algunos de sus demonios, para reconciliarse con su madre y con parte de su pasado. "Siente que, en el fondo, también él es como los demás. Alex ha sido un instrumento también para él. La ha utilizado".
El caso tiene un final imprevisto, una vuelta más a la tuerca que ya ha girado varias veces a lo largo de toda la novela.
Como ya me pasó al hacer la reseña de "Irène", no quiero contar más de lo necesario. Son novelas originales muy bien tejidas, con finales sorprendentes y en las que el efecto sorpresa es muy importante.
Espero con impaciencia la tercera entrega, espero que me guste y me sorprenda como las anteriores y, por supuesto, la compartiré con todos los que se acerquen por aquí.
