"La última noche del Rais" Yasmina Khadra


En la última novela de Yasmina Khadra, el autor se mete en la piel, en la cabeza y en los sentimientos y pensamientos de Muamar al Gadafi durante su última noche de vida, la noche que pasó en Sirte esperando a que su hijo volviera con vehículos requisados para poder escapar del cerco a que lo tenían sometido, en una escuela de la ciudad, las tropas rebeldes. Durante esa noche, Gadafi recuerda, reflexiona, se lamenta, se indigna... o más bien, Yasmina Khadra se imagina cómo Gadafi
recuerda, reflexiona, se lamenta, se indigna.
"Siempre supe que había nacido para dejar mi huella en este mundo, guiado por esa Voz cósmica que ruge dentro de mí cada vez que surge la duda, que me demuestra a diario que he sido bendecido por el cielo". Eso se imagina el autor que pudo pensar Gadafi, y no sería muy de extrañar porque esas personalidades henchidas de sí mismas a las que el poder las ha confirmado en su despotismo, se sienten inspiradas por voces que pueden provenir de Dios, el Destino o los designios del propio Universo... aunque también podrían venir de alguna disfunción mental: "Hasta los once años se me tuvo por un niño con trastornos mentales. Se pensó incluso en recluirme en un manicomio, pero mis familiares eran demasiado pobres. Al final, para conseguir que la calma volviera a la aldea, mi clan tuvo que hacer una colecta para mandarme a la escuela". 
Tal vez para el pueblo libio hubiera sido mejor la opción del manicomio porque fue allí, en la escuela, donde por primera vez oyó la Voz, una voz que lo comparaba con el Profeta Mahoma y con Jesucristo que tampoco conocieron a sus padres, una Voz que le confortaba y aplacaba sus
penas y que le hizo entender "que estaba predestinado a ser una leyenda".
También le inspira y le informa sobre el futuro el espíritu de Van Gogh quien siempre ha estado en
Autorretrato. Van Gogh, 1889
sus sueños desde que se topó con él en una ilustración de un libro de Arte. Desde entonces, Van Gogh se le ha aparecido en cada momento importante de su vida. Así, la noche del 1 de septiembre de 1969, para predecir el triunfo del Golpe de Estado contra el rey Idris I que llevó a Gadafi a la presidencia de Libia. También le avisó, en agosto de 1975, de la conspiración que tramaban contra él dos de sus amigos y confidentes. "Cada vez que el pintor maldito se manifestaba dentro de mí, la Historia añadía una piedra a mi edificio"

También esta noche del 20 de octubre de 2011, se le aparece el pintor. Es cierto que se encuentra sumido en los vapores de la heroína a la que es bastante aficionado desde hace al menos veinte años, pero, visto a la luz de los hechos acaecidos al amanecer, de nuevo Van Gogh le está avisando de un acontecimiento vital, en este caso, el más vital, tras el nacimiento, de los hechos que definen cualquier vida: la muerte.
Y de esa manera, asistimos a las últimas horas de un tirano atrapado en su propio personaje; un tirano rodeado de ministros, militares, sirvientes, que le temen y le adulan y, a la vez, le veneran, y todo ello con igual intensidad. Él, en las últimas, vulnerable, sucio, debilitado por el ayuno y el abuso de las drogas, sigue manifestándose como el déspota que siempre ha sido. "Este hombre está acabado. No le queda vida que ofrecerme. Sabe que su existencia, su ser, su fe, su bravura, todo lo bueno que cree encarnar ya no vale nada después de que mi ira le haya retirado toda confianza. Lo odio. Me ha herido". Así habla de Mostefa, su ordenanza que le ha contrariado imperceptiblemente; un hombre fiel hasta la muerte, que ha dejado a su familia para seguir al Guía en un destino que se prevé más que desastroso.
De Abú Bakr, su Ministro de Defensa, dirá: "En absoluto desconfío de Abú Bakr. La lealtad que me profesa es tan grande como su superstición [...] Estoy siendo brusco con él por despecho. No me ha gustado que permaneciera sentado en mi presencia".
Yasmina Khadra
A Mansur, el jefe de su Guardia Popular: "¿Acaso crees que estás en el patio de tu madre?
—Tengo una migraña atroz.
—Eso no es motivo. Debes reponerte, y ya mismo".
En su delirio de grandeza, de Guía elegido por la Voz para redimir a su pueblo, se considera el Salvador necesario. 
El salvador al que aclamaba su pueblo, el aliado al que Occidente jaleaba, al que se le consentían todas sus excentricidades. Desde que a principios del siglo XXI prometió que no iba a apoyar más el terrorismo, ni fáctica ni económicamente, y que iba a ser un aliado fiel que iba a comprar muchas armas a Estado Unidos y Europa, se le perdonaron sus deslices "juveniles", sus pataletas de niño malcriado, sus coqueteos e implicaciones con el terrorismo, materializados en sabotajes y atentados contra bienes y ciudadanos europeos y estadounidenses, su clara protección y amparo a grupos terroristas como ETA, el IRA o las FARC, su mesianismo en pro de cualquier causa que se autodefiniera como antiimperialista.
A partir de 2002, Gadafi se convierte en el mejor amigo de los gobernantes occidentales, capitaneados por George W. Bush, especialista en hacer amigos de lo más recomendables. Pero no sólo fue Bush el que manifestó su amistad al dirigente libio - no sabemos si le permitió poner las piernas sobre la mesa de centro del salón de su casa de Texas -, también Sarkozy le mostró gran amistad y de éste sí sabemos que le dejó poner su jaima en el Elíseo. Aunque no hace falta salir de España; en 2007 hizo una visita oficial en la que visitó varias ciudades españolas. En su estancia en Madrid, se alojó en el Pardo... bueno, en los jardines del Pardo, donde puso la jaima. Aunque dicen las malas lenguas que Gadafi no dormía en la jaima - nada lujosa por otra parte, parece ser - sino en las suites de los hoteles de lujo de las ciudades correspondientes. Parece ser que la jaima solo era utilizada para las recepciones.
Ahora Gadafi, lo ha perdido todo. Por esas vueltas del destino que "te da champán y después chinchón" (¡¡ay, Sabina, tienes una frase para cada situación!!), ahora su pueblo, gran parte de él al menos, lo está buscando para acabar con él, y los líderes europeos apoyan a los rebeldes y Gadafi que se lo vio venir en los otros países que
comenzaron a sufrir la "Primavera árabe" antes que Libia, no entiende que le esté pasando esto a él "Vi acercarse el peligro a galope tendido, [...] ¿A quién dar la voz de alarma? Por mucho que pusiese sobre aviso a los soberanos árabes, esos juerguistas ahítos solo estaban atentos a los melindres de sus deudores. [...] Ocupados en llenarse los bolsillos [...], lo que menos les importaba era la desdicha de sus súbditos".
Porque él es el benefactor de su pueblo. Él lo ha hecho todo por el pueblo. En su soberbia y despotismo, en sus momentos más bajos, se sigue viendo como el Salvador, guiado por la Voz, al que el pueblo debe venerar. Se siente como el padre severo que castiga y reprime, pero todo lo hace por el bien de sus súbditos. Él no es como el resto de los dirigentes con los que se encontraba en las reuniones de la Liga Árabe, a los que "Lo que menos les importaba era la desdicha de sus súbditos, la desesperanza de la juventud y la extrema pauperización de sus pueblos". Como todos los déspotas megalómanos con voluntad de redentores, Gadafi es incapaz de verse como es en realidad. Como todas las personas con un orgullo desmedido y una opinión excesivamente benévola de sí mismo, ve a los demás como espejos en los que se reflejan sus propios defectos; los demás sí son portadores de faltas y lacras que cualquiera, con un poco de capacidad observadora, hace tiempo que ha descubierto en él mismo. Pero él jamás verá en su comportamiento el más mínimo fallo. Y, por supuesto, cuando Mansur, leal hasta el punto de hablarle con sinceridad, hasta el punto de jugarse la vida para hacerle ver la realidad, se atreve a decirle la verdad, sólo recibe malas palabras e insultos:
"—¿Qué oye usted, Rais?
—¿Qué se supone que debo oír, estúpido?
—Otras campanadas. Cantos distintos a las adulaciones de sus lameculos y a los informes almibarados de sus estados mayores. Ya está bien de cuentos chinos, de que «todo va sobre ruedas», [...] ¿Qué ha ocurrido para que los corderos se conviertan en hienas, para que los hijos decidan comerse a su padre?… Sí, hermano Guía, hemos cometido errores. Hemos actuado mal. Puede que pensara en el bien de la nación, pero ¿qué sabía usted de la propia nación?" y tras oir como Gadafi le manda callar y le llama perro, aún Mansur, en un encomiable alarde de fidelidad y lealtad le dice: "Tenemos que superar este infortunio, Rais. Por el bien de la patria y por la estabilidad de la región. Estoy dispuesto a entregar la vida, el cuerpo y el alma para que Libia le sea devuelta".
Tal vez Mansur espera que se cumplan las expectativas de Gadafi cuando tomó el poder: "En un primer momento, fue portador de mucha esperanza, hasta que abandonó el rol de guía para convertirse en soberano absolutista. La deriva de Gadafi demuestra que el poder es demoníaco. En lugar de construir la gran nación que había prometido, se limitó a erigir una leyenda épica acerca de sí mismo, cegado por el narcisismo y por el poder económico de un país muy rico" (Suplemento Cultural de El País)
Tal vez se hubieran cumplido esas expectativas si hubiera encontrado más apoyos en los dirigentes del mundo árabe "Gadafi quiso generar un movimiento nacionalista panárabe, hasta que se dio cuenta de que al resto de los líderes les daba igual su proyecto: eran sólo prevaricadores y bufones al servicio de occidente y no de su propio pueblo(Suplemento Cultural de El País)
Y así, va discurriendo la noche en que Gadafi vio ponerse el sol por última vez. O así se imagina Yasmina Khadra que va discurriendo la noche en que Gadafi vio ponerse el sol por última vez. La novela es un monólogo. El autor sólo juzga a través de las palabras que pone en boca de Gadafi. Es el propio Gadafi quien habla, quien se muestra, quien se juzga. Contar las últimas horas del dirigente libio es fácil. Hay documentación suficiente, hay vídeos, hay testigos. Lo difícil es saber, imaginar más bien, lo que pudo pensar el hombre que durante cuarenta y dos años dirigió con despotismo y crueldad el destino de su pueblo y ahora se ve azuzado por ese mismo pueblo que, en franca rebelión contra el padre, lo busca para destruirle y conseguir que la "democracia" triunfe por fin en Libia. 
Nadie puede saber lo que pensó Gadafi, pero Yasmina Khadra hace una novela con lo que pudo haber pensado y nos muestra un hombre herido, vulnerable y acabado con el que se ensaña el destino; el mismo destino del que él se creyó un día dueño y que se ha empeñado en recordarle que la suerte no tiene dueño, que es la suerte la que manda, y tan pronto te da su mejor cara como te vuelve la espalda de la manera más azarosa y brutal.
Esta reseña está llena de citas del libro, pero es que la mejor forma de transmitir los sentimientos y el talante del personaje es reproducir las palabras que el autor pone en su boca.


Comentarios

  1. No hay un poco de propaganda política? Creo que es un poco soberbio hablar por boca de un personaje histórico en un momento clave de la historia de Libia.

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    1. El autor no carga las tintas en ningún sentido. Únicamente nos muestra a Gadafi como ya todos sabemos que era. O mejor dicho, deja que él se muestre. Propaganda no veo, dado que Yasmina Khadra no es sospechoso de readicalismo y, por otra parte, son estos dirigentes mesiánicos y déspotas, como Gadafi o Sadam Hussein, los que frenaban tales tendencias.
      Quizás sea un poco osado tomar la palabra por un personaje histórico tan reciente, pero propaganda no veo.
      Un abrazo.

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  2. Pues a mí me parece interesante, como bien dices todos sabemos como era o más bien qué imagen daba, pero bueno, seguro que es interesante leer lo que el autor se imagina que pensó en esos momentos.
    Un besito y mi lista de libros anmenta y aumenta y no tengo tiempo.
    Feliz fin de semana.

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    1. Bienvenida al club de los sintiempo. Somos legión. Y creo que no tiene cura.
      Un beso.

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  3. A mí me ha parecido una reseña bien documentada, que ha despertado mi interés. Vi tu entrada en google y me llamó la atención. No me arrepiento. Aquí en este libro (por cierto, que me lo regalaron y no lo había leído) tengo yo para leer 19 días y algo menos de 500 noches ;) Muchas gracias, Rosa, te felicito.

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    1. Veo que tú también eres aficionada a Sabina. Si tienes el libro por casa tienes que leerlo. Creo que te gustará.
      Un abrazo.

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  4. Tenía muchas ganas de leer este libro, para ver cómo trataba el autor la última noche de Gadafi. La verdad es que, habiendo leído más novelas de Y. Kadra esperaba más. De todas maneras, supongo que el tema tampoco daba más de si; pero si hay que recomendar a este autor, cualquiera de sus ubras anteriores son mejores. Un beso

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    1. Veo que lo has leído. A mí tampoco me ha parecido de lo mejor del autor, pero lo he leído muy a gusto y creo que el personaje está tratado con cierto cariño, dentro de lo que es y teniendo en cuenta que no lo libra de nada. Esperemos que llegue otra novela de las propias del autor.
      Un beso.

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  5. Como dice Marigem su lista crece y crece, creo que a todos nos pasa un poco de lo mismo por ello, después de leer tu reseña completísima y dado que no es de los mejores de este autor, lo dejaré pasar conformándome con tu sinopsis.
    gracias por tus preciados resúmenes.
    Besos

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    1. Pues haces bien, Francisco porque no se puede leer todo y es bueno seleccionar a partir de las reseñas de unos y de otros. Espera a una novela más del estilo del autor que sea mejor.
      Un beso.

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  6. Mi ùnico "pero" para la lectura de este libro es lo que has señalado al final de la reseña. No sè què se entenderà por herido en el contexto de un linchamiento, sin embargo, con lo malo que fue este señor, me cuesta imaginarlo herido de alguna manera. YO màs bien dirìa: presa del pànico como el cobarde que en realidad era.

    Igual me sigue llamando la atenciòn. Como ha sido un hecho de la vida real, he visto documentales al respecto y en todos quedo con la sensaciòn de que esas etapas de la humanidad son demasiado vergonzosas y nunca nadie les devolverà la dignidad que perdieron.

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    1. Lo de herido digo porque está en sus momentos más bajos, ha perdido todo su poder y de la gloria que lo acompañó en otros momentos, ya no queda nada. Aparece hundido como solo esta gente lo puede estar en su última noche de vida. Sobre todo sabiendo como acabó pocas horas después. Era malo, no cabe duda, pero no sé si era cobarde. Creo que la maldad no está reñida con el valor, solo con la grandeza. Gadafi nunca fue grande, pero puede que fuera valiente.
      Un beso Arethusa. ¿O mejor Leslie?

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  7. Pues me descubres un libro que no conocía, Rosa, y me interesa.La figura de Gadafi indiscutiblemente no deja indiferente. Voy a ver si doy con él.

    Por cierto, aquí otra que cree que Sabina es un genio ...

    bsos!

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    1. Los seguidores de Sabina somos legión. No podía ser de otra manera. Sus letras son geniales y tienen múltiple aplicaciones. Yo me veo recordándolas en multitud de ocasiones. También las de Serrat.
      El libro es interesante, teniendo en cuenta que sólo es lo que un escritor de origen musulmán, supone en boca del personaje. Pero es un escritor que escribe muy bien y tiene una gran sensibilidad para tratar los temas. Si el personaje te interesa, te gustará el libro, creo.
      Un abrazo.

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  8. Qué pena que consideraran la posibilidad de que este hombre tenía trastornos mentales sólo durante su infancia; si lo hubieran tenido por loco durante toda su existencia nos habríamos ahorrado un montón de problemas (sobre todo los libios).
    Según leía tu maravillosa reseña me han venido a la mente las imágenes del linchamiento de Gadafi y su muerte. No sé si soy muy blanda pero incluso sabiendo qué cantidad de crímenes tenía este personaje sobre sus hombros no pude más que sentir pena.
    Kadra me gusta y en parte es responsabilidad tuya, lo sabes, y creo que acabaré leyéndolo.
    Gracias.
    Un besote, viajera ;)

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    1. No eres muy blanda, Kirke, eres humana. A mí también me dan pena estos personajes que fueron tan malos, que causaron tanto sufrimiento, que merecían todo lo que les pudiera pasar... pero cuando los ves acabados, moribundos, sobre todo si es de mala manera como en este caso, te dan pena. Me pasó con Sadam Hussein y me pasó con Gadafi y me pasó con Franco consumido en su cama. No me considero blanda, es que cuando están indefensos ganan un poco de la grandeza y de la humanidad que nunca tuvieron y entonces puedo empatizar con ellos. Un poco, tampoco nos pasemos.
      Un beso.

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  9. Qué reseña más estupenda y más completa. Desde luego, aunque no lea el libro no me voy de tu blog sin saber más sobre Gadafi. No me extraña el perfil psicológico del personaje, pues parece que esos afanes mesiánicos son compartidos por muchos políticos que actúan al margen de los deseos de sus pueblos. Sin duda, es necesario creerse infalible para comportarse con despotismo. Muchas gracias, Rosa. Te la comparto. Un abrazo, mi niña.

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    1. Me alegro de que te haya gustado. Es lo malo de estos personajes que se creen infalibles, pero no lo son y cuando acaban como éste, no entienden lo que els pasa ni por qué les pasa.
      No es el libro mejor del autor para mi gusto, pero como todos los suyos es muy digno de ser leído. Yo recomendaría del autor otros mucho mejores, más de ficción (si es que hay ficción en las historias de este hombre), más novela como "El atentado" que es brutal (no por su violencia, al menos no explícita).
      Un beso.

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  10. LLevo mucho retraso con mis lecturas pero no quería saltarme esta reseña. No era mi intención comentar, por ahorrar tiempo, pero después de haberme sumergido en ella por completo, de principio a fin, solo puedo quitarme el sombrero y aplaudir.

    No creo que vaya a leer este libro, hay otros muchos que me llaman la atención antes que él, pero tengo que reconocer que si es la mitad de bueno e interesante que tu reseña, ya es buenísimo. Un lujo leerte, Rosa.

    ¡Un beso y feliz entrada de semana!

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    1. El libro es muchísimo mejor que mi reseña. Aunque los tiene aún mucho mejores. Es de esos autores a los que sigo con fidelidad canina. Libro que sale, libro que me compro, y aunque éste no es de los mejores, es muy bueno porque el autor no ha escrito nunca nada malo.
      Gracias por tus palabras y por comentar a pesar de lo que tienes pendiente, que ya sé lo que es estar unos días sin pasar por los blogs amigos y que se te acumule el trabajo.
      Un beso enorme.

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  11. Yo, una vez más, me conformo con leer tu requeteinteresante reseña sobre un 'personaje' como éste, que no era bueno para dormir en jaima pero sí en suite de hotel de lujo (me sumo, pues, sin ningún pesar a las malas lenguas que lo afirmaban).
    Muchas gracias por documentarte tanto, además de leer, Rosa.
    ¡Un beso grande!

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    1. Provenía de una tribu del desierto que nunca durmió más que en jaima como es natural es dichas tribus, pero el poder y las riquezas hacen olvidar muy rápido los orígenes. Yo creo que utilizaba la jaima para lanzar un pulso, que siempre ganaba, a los mandamases occidentales. Y lo que debía de disfrutar él viendo que los tenía convencidos.
      Un beso, Chelo.

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  12. HOla Rosa, ahora te comento desde acà porque no logro encontrar el formulario de suscripciòn a tu blog. Ya me he suscrito a Google +, pero propiamente al blog, no, pues no veo por ningùn lado el cuadrante titulado: Participar en este sitio.

    Guìame !! POr fa !

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    1. Hola, Leslie. La zona de seguidores donde pone "participar en este sitio". está en la columna de la derecha del blog. Justo entre el archivo del blog y la lista de mis blogs favoritos. Ahí lo encuentras. Vas bajando con paciencia y encontrarás poesía, pintura, una charca, libros que leo, reseñas pendientes, twets recientes mi página facbook y así hasta que llegues al archivo. Pues justo debajo, está para suscribirte.
      Un beso y seguimos viéndonos por aquí.

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