"Contigo en la distancia" Carla Guelfenbein


Hace muchos años que sigo los Premios Alfaguara, concretamente desde que en 1998 se volvió a conceder después de estar en suspenso desde 1972. Nunca me han decepcionado, pero este de 2015, de autora chilena y ambientado Santiago de Chile, ha despertado en mi ánimo una cierta confusión. 
Vera Sigall es una escritora octogenaria que es encontrada en su casa por un vecino, con una grave lesión tras haberse caído (aparentemente) por las escaleras. 
Daniel es el vecino. Tiene cincuenta años menos que Vera. Es arquitecto y vive esperando a que se construya un museo que diseñó para un concurso público. El concurso lo ganó, pero los meses pasan y el proyecto duerme enterrado en algún cajón de algún político. Además Daniel es un amante de la cocina y sueña con construir un restaurante colgado de un acantilado. 
Emilia es una joven estudiante que viaja de Grenoble a Santiago con la idea de hacer una tesis sobre Vera Sigall. Tiene un pasado bastante extraño, unos padres astrónomos, un amigo de toda la vida con el que planea casarse y varios traumas acumulados que le han dejado una extraña secuela física: jamás soporta que nadie la toque. Ella nos cuenta su propia vida y lo que va descubriendo de Vera y su obra a medida que se sumerge en los papeles que la escritora ha cedido a una Biblioteca.
Horacio es un poeta que conoció a Vera en su juventud. A través de él se nos muestra una Vera en la treintena cuando estaba casada y tenía un hijo de pocos años.
Estos tres personajes alternan sus relatos, Horacio y Emilia, en primera persona; Daniel, en segunda persona dirigiéndose a Vera, y esta manera de construir una novela, sin ser original, siempre me ha resultado atrayente: tres personajes colocan su pieza para completar el puzzle final; cada uno tiene su propia historia particular, su historia más o menos tumultuosa y cada uno va aportando su parte, su punto de vista, en la biografía de Vera Sigall, una mujer judía de la que "nadie sabe a ciencia cierta cuántos años tenía cuando sus padres huyeron de la aldea de Chechelnik, en Ucrania, escapando de los pogromos"; una mujer de gran belleza, con un pasado terrible.
Vera es el centro sobre el que está construida la novela, pero a su alrededor giran estos personajes como planetas alrededor de una estrella de la que toman su luz y su energía; Daniel y Emilia lo hacen en el presente, esperando a que Vera despierte y los vuelva a iluminar y a calentar y a
Carla Guelfenbein
dar sentido a sus vidas; Horacio trae sus recuerdos del pasado y esconde secretos que pueden cambiar la vida de otros personajes.

Toda esta trama es bastante atractiva y se lee a gusto, pero mezclados con la satisfacción de estar leyendo una historia interesante aparecen detalles que la empañan, que llegan a eclipsar el placer de la lectura y el equilibrio de la novela. Me refiero a unos personajes desdibujados que no llegamos a comprender porque no están bien diseñados; me refiero a detalles inverosímiles de los que el hecho de montar de la noche a la mañana, en una azotea de alquiler en la que vive un personaje, todo un restaurante con reseñas en los periódicos, no es más que un ejemplo de los varios que aparecen; me refiero a algunas relaciones de pareja que parece que cuelgan de la nada y no sabemos ni por qué se inician, ni por qué se rompen; me refiero a la repetición de ciertas expresiones como "escritora de culto" que creo que solo deben aparecer una vez por novela o puede que una vez en toda la obra de un autor.
La trama policial, surgida tras la sospecha de Daniel de que Vera no pudo caerse, sino que algo o alguien había provocado el accidente, no está mal. No tiene demasiada relevancia, pero sirve para ir introduciendo detalles de las vidas de algunos personajes y creo que está bien resuelta. Sugiere lo que pudo pasar, pero no resuelve nada concreto y puede dejar la duda sin cerrar. Me ha gustado ese final. 
Lo dicho: me ha dejado con una cierta confusión, una cierta sensación de que hay partes que sí y partes que no; partes que he disfrutado leyendo y partes que me han resultado un poco estridentes, aunque creo que el balance final es positivo.



Comentarios

  1. POr el tìtulo del libro, nunca pensarìa que se trata de intriga u homicidio. Esto que cuentas de personajes desdibujados, que permanecen en relaciones que no tienen ningùn sentido; me ha ocurrido con otros libros, casualmente con el libro que estoy leyendo.

    Te entiendo perfectamente, pero al menos es la clase de libros que es lo suficientemente enganchante para terminarlo.

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  2. Por supuesto, se termina muy a gusto. Yo cada vez abandono libros con más facilidad (dos seguidos hace un mes), pero no es el caso de este libro. Se lee bien, pero se le encuentran esos pequeños fallos.
    Un abrazo.

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  3. Me lo apunto a la laaaarga lista de libros en espera pero creo que lo pondré en las últimas posiciones porque a mí eso de que aparezcan personajes y situaciones que no tienen una cabida sustentada en el argumento me pone de mal humor, me predispone contra el autor. Siempre pienso que cuando hacen eso es para rellenar páginas y es algo que me molesta mucho, aunque quizás le dé una oportunidad.
    Genial reseña, Rosa, como siempre.

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    1. No son tanto personajes, como situaciones y ciertas condiciones de los mismos. Como digo, ma ha causado confusión y pienso que hasta puede ser algo subjetivo.
      Un abrazo.

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  4. A mí los personajes sí me ha gustado, especialmente el de Emilia y al principio también el de Daniel. Y Vera también prometía mucho. Me ha pasado como a tí, hay partes que me han gustado más que otras aunque no estoy segura de que sean las mismas partes. La trama policial también me ha parecido que es lo de menos, una simple excusa para contarnos lo que la autora nos quería contar.
    Me alegra que tu balance final haya sido positivo. Para mí también lo fue.
    Besos!!

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    1. Lo que creo que está claro es que la novela es irregular y, para mí, no sobresale como para un Premio Alfaguara que suelen ser bastante buenos. No sé cómo serían las demás, pero si esta fue la mejor, ha sido una edición muy floja.
      Un abrazo.

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