"Misteriosos asesinato en casa de Cervantes" Juan Eslava Galán


Desde septiembre de 1604 hasta marzo de 1606, Miguel de Cervantes vivió en Valladolid a donde se trasladó siguiendo a la corte de Felipe III que se había establecido en la ciudad. 
Una noche de verano de 1605, Gaspar de Ezpeleta, un caballero venido a menos, amigo de mujeres ajenas, aparece herido de gravedad por apuñalamiento cerca de la casa en la que habita Cervantes.

Al cabo de dos días, pasados en una vivienda pareja de la del escritor, muere el herido y se abre el proceso en el que, además de parte de la vecindad, son implicados el autor de "El Quijote" (del que recién se había publicado la primera parte) y las mujeres de su familia que con él convivían. Pocos días después son puestos todos en libertad por falta de pruebas. 
A finales del siglo XVIII, se encontró el documento donde figura todo el Proceso y ese legajo es lo que sirve de base a Juan Eslava Galán para la historia que nos ocupa, y lo que le sirvió, a finales del siglo XIX, a José Santa María de Hita para establecer cuál había sido realmente la vivienda del
Casa-Museo de Cervantes en Valladolid
escritor en Valladolid, quedando esta fijada en el número 14 de la calle del Rastro, donde hoy se encuentra la Casa-Museo de Cervantes (aunque éste ocupó solo una estancia, para la construcción del Museo se han añadido algunas más que en la época pertenecieron a otros vecinos).

La novela recrea estos hechos en clave policíaca. Usando como pretexto la investigación que la Duquesa de Arjona ha encargado para limpiar el buen nombre del autor (de cuya obra es gran admiradora), nos vamos introduciendo, no sólo en las circunstancias del lamentable suceso, sino también en los entresijos de la vida en la capital del Reino y en la época: en una ciudad que "frisaba las sesenta mil almas, de las que quince mil eran mendigos de pedir, profesos en la cofradía de los menesterosos que viven del aire o de la sopa boba de los conventos, otros veinte mil no pedían pero pasaban necesidad, diez mil no sabían qué es comer caliente y los restantes quince mil eran curas, frailes o criados al amparo de unas docenas de pudientes"; una ciudad y época en la que se nos muestran caballeros arruinados que
sobreviven de las limosnas de nobles más afortunados, intrigas palaciegas, figones con sopa de menudillos y vino servido en cubiletes donde se desayuna "con aguardiente y torreznos", beatas de misa diaria en la catedral, adúlteras, borrachos, maridos consentidores, pícaros que venden su puñal al mejor postor, pisaverdes sin oficio...
Se nos van relatando las averiguaciones del pesquisidor Teodoro de Osuna (¿o será Dorotea?) en su empeño por descubrir lo sucedido pues no basta con que Cervantes y sus hermanas, hija y sobrina hayan quedado libres, tiene que quedar también su honor limpio de toda mancha y para ello es necesario averiguar, sin que quede un resquicio de duda, que fue lo realmente acontecido.
Con un lenguaje que recuerda al del siglo de oro, pero depurado y aclarado para que lo podamos entender, el autor nos va introduciendo en los ambientes de la época, la biografía de Cervantes y, lo que me parece más interesante, sus ideas liberales y muy progresistas para el momento. Según ha declarado el propio Eslava Galán en una entrevista en Noticias de Navarra, "Cervantes creció en una familia inusual [...] conoció distintas culturas y [...] su mentalidad era mucho más abierta que la de la gente de su tiempo". Tal vez por eso, las mujeres de su familia sabían leer y escribir y con sus ideas independientes y modernas, eran consideradas en la época un poco ligeras de moral.  "Cuando no se tienen bienes de fortuna, señora [...], la mujer no tiene otro designio sino ser esclava del varón [...] y aún peor que esclava [...] porque, además, ha de llevar a la cárcel del matrimonio una dote trabajosamente reunida por sus padres, que es como entregar el rescate sin sacar a la cautiva de las manos de su carcelero. Las Cervantas nos hemos resistido a eso aun a costa de andar en boca de la gente. [...] En nuestra familia, la que quiere, ama libremente y es dueña de sus actos y sigue en ellos su albedrío". 
Juan Eslava Galán
Lo que menos me ha gustado, aunque creo que es lo menos importante, ha sido la trama en la que el pesquisidor investiga los hechos. Aunque al principio es muy simple y lineal, va ganando complejidad y acaba por enganchar. No obstante, creo que no es más que un pretexto para contar todo lo demás, lo que realmente atrae de este libro: las conversaciones de Teodoro-Dorotea con Cervantes y las Cervantas - como se llamaba a las familiares que con él vivían -, las estampas de la época, el lenguaje, los juramentos: "¡Por las entrañas de Judas rehogadas en los menudillos del Anticristo!".
Inquietante es el apéndice final. No quiero interpretarlo. cada uno le dará el significado que más le guste.
Pero sobre todo, me ha gustado el vislumbre de esa España que empezaba su declive y del que quiero dejar aquí una muestra que, aunque un poco extensa, creo que es enormemente ilustrativa:
"Honor y honra son materias distintas —explicó don Miguel tras reflexionar [...] A los nobles se les supone la honra, que es alteza de linaje. Los plebeyos no tienen honra pero tienen honor, que es limpieza de sangre sin tacha de moro o judío o hereje.
[...] la honra es la nobleza del cielo, así como el honor es la nobleza de la tierra. [...] 
El que desciende de judíos o herejes nace sin honor. Y muchos nobles tienen abuelas o bisabuelas judías, lo que no ocurre con los plebeyos. Al que nada tiene, le consuela mucho tener honor y trabaja por mostrarlo.
[...] El que tiene honra no trabaja porque el trabajo deshonra.[...]
—¿Y puede esta gran nación sustentarse sin el esfuerzo de sus linajes? —se admiró Vidello.
—Aún se mantiene en sus apariencias, pero no sabemos por cuánto tiempo[...]. La holganza, amigo mío, es indicio de sangre limpia porque los moros y judíos eran gente muy laboriosa [...] Vivimos de apariencias. Del mismo modo el cristiano viejo debe mostrar desprecio al trabajo y amor al lujo, que se vea que las inclinaciones de su sangre son muy contrarias a las de la mala raza judía. [...] Cualquier menester distinto al de las armas o al religioso puede ser tenido por indicio de sangre impura, de ahí que se abomine el comercio y la banca por ser cosa de judíos y de las labores del campo, que son propias de moriscos.
[...] Cada día que pasa España se empobrece más [...] pues entre ricos que huelgan, religiosos que solo atienden a los asuntos del Cielo, humildes que visten la pereza bajo capa de pobreza y labradores que con el más fútil pretexto declaran día feriado, nadie trabaja. [...] El noble quiere vivir de sus rentas; el pechero que nada tiene, queriendo subir de estado, abandona el campo y viene a la ciudad, donde se hace criado de boca y mesa y pierde la vergüenza que en su aldea, por ser conocido, solía tener. Así se están, sin hacer nada, todo el día [...] en oficios de pajes, de esportilleros, de lacayos, de escuderos, de triperos, de mozos de espuela, de rascamulas, de galopines, de pinches, de pasteleros o de apagavelas, de aguadores, de especieros, mientras que las otras mil labores que debieran enriquecer al país quedan vacantes, sin nadie que las atienda. [...]
— Ya había notado que mucho campo bueno está improductivo.
—En eso tiene alguna parte la Iglesia —contestó don Miguel bajando la voz—. Hay tantas novenas, procesiones, octavas, autos de fe, canonizaciones, Semanas Santas, fiestas de patrones y otros mil pretextos píos de holganza que los días laborables no alcanzan a la tercera parte del año. [...] de lo que se derivan los grandes males de hoy y se aparejan los mucho peores del mañana". 
¿Será aquí donde comenzó a joderse España?. 
¿Sería el propio Cervantes el que nos castigó con un mal de ojo, creando un personaje, loco aunque adorable, "ese hidalgo que, quizá sin saberlo él, representa la figura de la triste España"?




Comentarios

  1. A Juan Eslava Galán se le lee con facilidad, a mí al menos me gustan sus libros. Esta historia de Cervantes que no he leído me recuerda mucho al libro de Néstor Luján: "La vida cotidiana durante el siglo de oro" publicado en la misma editorial.
    Un abrazo

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    1. A Nestor Luján no lo he leído. Y este es el primero de Eslava Galán. Me ha gustado en general. Se lee fácil, engancha y tiene detalles muy ilustrativos de esta España que nos duele.

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  2. Hola!!! este libro lo tengo pendiente desde que lo vi en las novedades de espasa. Asi que a ver si me hago con el. Muchas gracias por la reseña
    Un abrazo

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    1. Pues ánimo que te ha de gustar. gracias por pasarte y comentar.
      un abrazo.

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  3. Veo que al leer esta novela has tenido sensaciones muy parecidas a las mías. La trama detectivesca es lo de menos, a mí me pareció su resolución un poco simple y también me llamó mucho la atención el talante liberal, sobre todo cuando a las mujeres se refiere, de Cervantes. Asimismo reseñé cómo se pone de manifiesto muchas cosas que siguen hoy en día vigentes (sobre todo los vicios).
    Un beso

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    1. La trama me pareció simple al principio, aunque luego se complica bastante y adquiere interés, pero pienso, en efecto, que es lo de menos.
      Muchas gracias porque tú me animaste definitivamente a leerla.
      Un beso.

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  4. Bien. Pues yo paso así a vuela pluma por tu reseña porque ya leí la de Kirke y tengo el libro ahí, en la parrilla de salida.
    Gracias por tu reseña. Juan Eslava es un escrito prolífico y adictivo.
    Saludos

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    1. Pues ya nos dirás cuando la leas. A ver si coincides o aportas cosas nuevas.
      Un saludo.

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  5. ¡Hola! Venimos de la iniciativa Seamos seguidores y ya te hemos seguido, así que espero que puedas pasarte por nuestro blog a seguirnos ^^
    http://somebooksyouread.blogspot.com.es/
    ¡Un beso!

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